En días recientes tuve
algunos inconvenientes con mi acceso a la banca on line; el problema se agudizó
cuando una mañana requería con urgencia realizar una transacción electrónica y
mi cuenta fue bloqueada “por razones de seguridad”. Como era de suponer, decidí
comunicarme con la institución financiera por teléfono, donde pese a la buena
atención del operador y su disposición a resolver mi dilema, el requerimiento
no fue solucionado, pues tenía que dirigirme a una sucursal bancaria para
actualizar datos.
Entre la urgencia de utilizar
la banca electrónica y mis ocupaciones cotidianas, no me quedó otra opción que
ir al banco, donde el vigilante me informó que no contaban con línea debido a
que se cayó el sistema desde la primera hora en todo el país; eso explica la
tardanza de la operadora en asignar a un ejecutivo de atención y la lentitud de
la página al ingresar al portal web.
A fin de cuentas, en la
agencia tampoco fue resuelta mi problemática y tuve que esperar dos días para
que fuese solucionada. Una vez solventado este
inconveniente quise reflexionar sobre el tema, y encontré que la clave para
tener un país eficiente y productivo consiste en la buena atención y la
capacidad que tiene cada uno de los funcionarios públicos en resolver los
problemas del ciudadano, usuario, cliente o beneficiario de un producto o
servicio.
Es deber de los funcionarios
públicos de los entes gubernamentales o de índole privada garantizar la buena
atención a todo el público y, de este último, velar por el cumplimiento de las
normas y respetar a todos aquellos quienes deben su trabajo al trato colectivo.
Hacer país es un trabajo reciproco, en conjunto, entre todos.
Si quieres una mejor
Venezuela, lucha por un mejor servicio al cliente y vuelve tu ciudadanía un
ejercicio cotidiano.
César Alberto Alarcón
Estudiante de Comunicación Social
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