lunes, 24 de octubre de 2011

Paseo El Calvario


Soy caraqueña; sin embargo existen muchos sitios que todavía no conozco en Caracas, y vaya usted a saber por qué. Pero lo iré solucionando de a poco según mi tiempo esté disponible. Por lo pronto, empezaré por el paseo El Calvario, motivada por un reportaje que leí sobre él.
Cuando he pasado por El Silencio, ubicado en pleno corazón de la capital, he visto a un costado de ella una colina y en ella una serie de escalones pintados de blanco. A su término arriba, veo desde abajo muchas copas de árboles.
Pensé en llevar el carro, pero mi esposo me disuadió con una razón fundamental: ¿dónde estacionarlo? Y tenía sobrada razón, así que optamos por subir al Metro desde Altamira y bajarnos en la estación El Silencio. Una vez ahí, le preguntamos a un policía, quien nos informó la ruta: atravesamos la Av. Sucre hasta llegar a la cercanía de un túnel para vehículos, allí subimos una corta cuesta de cemento y esperamos un transporte (también puede subirse caminando) pintado de brillante color rojo, una especie de autobús pequeño, sin puertas, abierto techado y con tres bancos de madera. Es cómodo y puede observarse el paisaje y fotografiarlo mientras se escucha música venezolana. La parada está frente al monumento Arco de la Federación, originalmente pintado de blanco y hoy de color morado suave, erigido en 1895 por el entonces presidente Joaquín Crespo para conmemorar la Guerra Federal.
El paseo tiene 17 hectáreas entre jardines, terrazas, caminarías, plazas y servicios.
Edilia C. de Borges
edilia.cdeborges@gmail.com

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