miércoles, 30 de marzo de 2016

La Cuaresma

La Cuaresma, en su origen, era el tiempo en que muchos cristianos ayunaban voluntariamente durante algunos días.
Pasó luego a ser para toda la Iglesia el tiempo de la conversión y de la meditación de la Palabra de Dios, el tiempo en que vuelven a contemplarse los grandes símbolos del bautismo. La Cuaresma dura cuarenta días. En la Biblia, es el tiempo de la prueba (diluvio, los hebreos y luego Jesús en el desierto), el tiempo de una generación en que el hombre puede transformarse.
La Semana Santa comienza el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor. En su celebración está presente el doble dato muerte-resurrección: se empieza por el triunfo de los ramos, anunciador de la Pascua, para proseguir con la celebración de la Pasión y terminar con la Eucaristía. Posteriormente, el Triduo Pascual: Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección, forman un todo que tiene su cúspide en la Vigilia Pascual.
En el Jueves Santo, celebra la Cena Pascual haciendo el memorial de Jesús que nos donó el “Mandamiento del Amor”, la “Eucaristía” (signo de su entrega total a los hombres) y “el sacerdocio ministerial” para servicio de la comunidad cristiana.
En el Viernes Santo, adora a su Señor muerto en la Cruz por la redención del mundo. Y canta a la Cruz, signo y emblema de nuestro Dios crucificado.
En el Sábado Santo, la liturgia nos invita a vivir todo el día en silencio junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión, su muerte y su sepultura, hasta que llegue la solemne Vigilia nocturna y celebremos su Resurrección y, así, se inauguren las alegrías de la Pascua, el paso de la muerte a la vida.
La Pascua, o Triduo Pascual, es algo más que un mero recuerdo psicológico de los últimos días de Jesús o un aniversario de su muerte; es la celebración cristiana –sacramental y comunitaria- de la esencia del cristianismo (persona, acciones y palabras de Cristo en su tránsito).
Esta semana nos prepara para la celebración de la Pascua, invitándonos a contemplar e interiorizar los últimos momentos de la vida terrenal de Nuestro Señor Jesucristo.

EMMANUEL RODRÍGUEZ OJEDA

emmanuelrodriguezojeda@gmail.com

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