No fue poca la lucha que la gente tuvo que hacer para que las personas de la tercera edad, embarazadas, con niños en brazos y/o con capacidad disminuida, lograran que en los transportes públicos (Metro, Metrobus, trenes, autobuses y, más recientemente, las unidades Metrópolis) se colocaran asientos especiales destinados a estas personas.
Estos puestos fueron identificados con un color diferente a los demás muebles (la mayoría con el característico azul). De hecho, hasta el Metro de Caracas tiene los vagones de los extremos con los asientos destinados para estas personas.
Sin embargo, siempre hay un pero, estas personas no pueden usar los asientos, porque algunas veces son ocupados por los llamados vivos-bobos (si no los identifican, son aquellos que se hacen los dormidos tan pronto se sientan o los falsos ciegos y sordos que obvian a los usuarios que realmente sí necesitan el puesto).
Pero ocurre algo contradictorio, la mayoría de los casos las excusas que dan los destinatarios de estos asientos para no usarlos son: a) en el caso del Metro (ese vagón queda muy lejos de la salida); b) en el caso del Metrobus (ese asiento está sobre el caucho y brinca mucho o está muy cerca de la puerta y si se abre, "de repente, me puedo salir", aseguran); c) en el tren como todos los asientos son del mismo color, los especiales se identifican con calcomanías (no ubiqué los especiales); d) en los transportes Metrópolis (en este caso están intercalados entre los demás asientos, pero al consultarles el porqué no los usan, dicen que los de adelante están muy cerca de la puerta y los otros, muy atrás.
Como conclusión, sacamos que debemos entender lo que dice el dicho "cada cabeza es un mundo" y que no hay manera de complacer a todos.
De todos modos, si usted es educado y se consigue con una persona que necesita usar estos asientos, que por casualidad usted ocupa, ceda el puesto.
Irina Arraiz León
Comerciante
iarraiz1954@hotmail.com
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