El Hatillo es un pequeño y hermoso pueblo fundado a finales del siglo XVIII con un agradable clima de montaña y una gran variedad de atractivos que cada año enamoran a miles de turistas que visitan este maravilloso espacio lleno de calles angostas y arquitectura colonial.
La mayoría de las casas albergan una actividad comercial o de artesanía y es refugio ideal para los caraqueños. Además, atesora un rico patrimonio cultural e histórico.
Las repercusiones en el ámbito social muestran una fuerte aceptación respecto al desarrollo de la actividad turística, aunque se aprecia una creciente preocupación por la pérdida de la tranquilidad y el aumento de la delincuencia.
Son decenas de personas que acuden al pueblo con la intención de disfrutar sus encantadores espacios, pero algunas veces no lo pueden hacer porque no encuentran donde estacionar.
Tal es el caso de una elegante mujer caraqueña que ocupa su tiempo como maestra de escuela y en compañía de sus pequeños hijos visita los fines de semana el pueblo mirandino. Ella se quejaba porque no encontró dónde estacionar para que disfrutarán de la variada gastronomía del pueblo hatillano.
La docente no protestaba por los espacios reducidos sino porque junto con otra señora observaba que los puestos de estacionamiento estaban ocupados o reservados por los mismos dueños, personas allegadas o empleados de los entes públicos de la zona.
La maestra, no quiso identificarse, y expresó: "Hago turismo y algunas veces regreso a casa sin disfrutar los deliciosos platos que se preparan en este pueblo. Creo que lo más indicado es dejarle los puestos para estacionar a los visitantes para que el turismo se beneficie y crezca".
Wilman Palencia
Periodista
Hab. de El Paraiso
picure2@hotmail.com
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