El domingo 12 de enero, con motivo de celebrar mi cumpleaños número 83, vinieron a Caracas mi nieto, esposa y biznieta de 4 años, así como mi yerna, viuda de mi hijo, fallecido recientemente.Nuestros planes eran disfrutar el día de mi santo con un paseo al pueblo de Galipán usando el teleférico Waraira Repano.Cuando llegamos, encontramos una larga fila de personas esperando para acceder al servicio, lo cual nos ocasionaría perder muchas horas y tener que retornar ya entrada la noche, cosa que no debe hacer nadie, en ningún país, y menos cuando se está en un vehículo, considerando los altos niveles de delincuencia en el país. Por eso preferimos cambiar el itinerario.Los nuevos planes eran recorrer el casco histórico de Caracas. Primero acudimos a conocer el majestuoso Mausoleo, donde reposan los restos de nuestro Libertador Simón Bolívar.Al subir de la esquina de Carmelitas hacia el norte, todos los estacionamientos de la zona se encontraban cerrados, incluidos los que prestaban servicio al diario Últimas Noticias, en la Torre la Prensa. Decidimos parar el vehículo frente a una comisaría policial en el puente La Trinidad. Abismados con lo imponente del monumento, proseguimos con el recorrido en la Caracas colonial. Al finalizar el tour, buscamos un sitio para satisfacer nuestro gran apetito, pero para nuestra sorpresa encontramos cerrados todos los restaurantes ubicados en el casco histórico de nuestra bella ciudad, lo cual no nos permitió proseguir el recorrido.Es lamentable que nuestras autoridades, los alcaldes y la jefa del Gobierno del Distrito Capital no hayan llegado a convenios con los dueños de los comercios de alimentos y estacionamiento, a fin de disfrutar de esos servicios, como ocurre en las ciudades importantes. Sobre todo porque en la Sultana del Ávila, los días domingo, son los preferidos por los venezolanos para hacer turismo.
Pensionado
Habitante de San Bernardino (DC)
norman.rodriguezmartinez2@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario