Comienza un nuevo año, una nueva página blanca en nuestras
vidas y tenemos 365 líneas totalmente en blanco que debemos escribir nosotros
mismos, ¿Qué debemos hacer? Pues concentrarnos en nuestros deberes y nuestros
derechos, preparar nuestro puño, pulso y letra para empezar a escribir en esas
líneas, día a día, lo que realmente queremos. Habrán muchos factores externos
que distraigan nuestra atención pero en la medida que enfoquemos nuestras metas
y objetivos a lo que nos genera bienestar podremos alcanzar al final de cada día,
al final de cada línea escrita, lo que nos proponemos.
Constancia,
perseverancia, respeto por el otro y amor en lo que nos proponemos son
herramientas muy importantes que permitirán que esas líneas que escribimos cada
día sean leídas con agrado al final. Si hay algún error o algún mal escrito por
el camino, solo debemos usar el borrador, utilizar esa fuerza de
nuestro Dios que guía nuestro puño, nuestro pulso y nuestra letra para
escribir nuestra historia de vida.
Si alguna vez nos tentara el arrancar la
página o borrar todo, solo debemos detenernos a pensar que no seremos
nosotros los que leeremos esa historia, más bien somos los protagonistas,
somos los escritores de nuestro documental, así que no importa que tan mal nos
fue escribiéndola ayer lo que importa es lo que escribimos hoy, es hoy donde
debemos inspirarnos y el mañana se escribe en la medida que la vayamos
escenificando.
Aprendamos a escribir buenas historias de vidas y para ello
aprovechemos estos primeros días del año para diseñar nuestro proyecto de vida, ¿quién dijo que no podemos ser dueños de nuestro destino? Y si después de
esmerarnos en nuestra historia, algo no nos gusta en el escrito, solo
aceptemos que hay un Dios y hágase según su voluntad...
C.I.6486813
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