La vida está rodeada de aspectos positivos y
negativos, que nos ayuda a aprender, a seguir adelante y a querer alcanzar
nuestros mayores sueños. Si aprendemos a quejarnos menos por las adversidades y
aprendemos a proyectar nuestra energía positiva al exterior, aprenderemos a
vivir más felices y con ello, en todo lo demás, empezará a irnos mucho mejor.
Generalmente, muchas personas tienden a anclarse en lo malo que les ha sucedido
en el pasado, desaprovechando la maravillosa oportunidad de vivir y disfrutar
el presente; o al contrario, hasta se desvelan en lo que podría sucederles en
el futuro, de nuevo olvidando el día a día.
Una de las terapias más
recomendadas para aprender a manifestar la energía positiva es la meditación.
Con un poquito de tiempo diario, pensando en nuestra vida, nuestras acciones y
nuestro diario vivir, podemos lograr esa activación de energía que necesita
nuestra cotidianidad. Allí debemos aprender a agradecer lo bueno y lo malo, lo
recibido, lo que faltó, por la salud, por nuestros errores, por la vida misma y
sus matices.
Hemos inclusive visto, que una activación de energía positiva
frente a enfermedades tan graves como el cáncer, ha logrado vencerlo, gracias
siempre a la actitud positiva en la persona que lo padece. Definitivamente,
sé agradecido, con tu fe, con la vida, con tu familia, pareja, amigos, el
agradecimiento es una eterna fuerte de positivismo. Y muy importante, sonríe
siempre, aunque no tengas ganas, para mí ese es el mejor generador de bienestar
del mundo.
MANUELA ORTEGA Lic. En Administración Gerente Hotelera manuelaortega26@hotmail.com
Estupenda columna, la energía positiva es lo que más necesitamos en estos momentos, amiga Manuela, gracias por su hermosa nota.
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