En este tema hay muchos puntos que resaltar. Empezamos por la infraestructura, que es precaria y no existen suficientes centros, y de paso los que hay son unos antros horribles.
Seguimos con los procesos judiciales. Tantos abogados que se gradúan hoy en día y resulta paradójico que no son suficientes para atender la demanda que hay, además de que se ha convertido en un negocio muy lucrativo dependiendo de la situación financiera del indiciado.
Los tribunales no trabajan con un orden, no existe organización alguna, en la mayoría de los casos las audiencias son pospuestas por cualquier razón, mientras las personas esperan ser juzgadas; en otros casos, las sentencias se pasean por las distintas instancias de esas instituciones quien sabe durante cuanto tiempo.
Todo eso pasa en la tierra donde lo imposible es posible, o sea, Venezuela. Donde delinquir no es malo porque no es castigado; al contrario, recibe sus beneficios. Quién será el valiente que atienda este problema de manera definitiva y eficazmente.
De paso, regalan los recursos del país, que muy bien podrían servir para construir nuevos y modernos centros penitenciarios, en los cuales incluso podrían atenderse los procesos penales sin necesidad de hacer traslados a juzgados o tribunales. Este comentario es mínimo ante todo lo que se puede decir; ojalá la solución llegue pronto tanto por los que están adentro como los que están afuera. Hay que ver con lupa el código que regirá de ahora en adelante, ya que todos claman por derechos humanos y ¿dónde quedaron los derechos de todas las personas que hoy no pueden dar su testimonio porque les quitaron la vida, el de los violados, el de los agredidos, etc.?
Keyna Cáceres
TSU en Turismo, taxista. Hab. de la Urb. Bicentenario (Km 5 de la carretera Panamericana)
keyna_c@hotmail.com
lunes, 9 de mayo de 2011
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