El efecto del Consejo de Lectores

Dijo un brillante periodista colombiano de apellido Restrepo que "los consejos de lectores son la revolución del periodismo en América".
Estando yo viviendo quizás la última etapa de mi vida a los 79 años de edad, fui sorpresivamente seleccionado por los editores de Últimas Noticias para formar parte del primer Consejo de Lectores que creó este conocidísimo diario del país.
Ante la decisión, daban vueltas en mi cerebro cuáles serían los motivos que pudieron influir en esa decisión: sería por ser el de más edad; por conocer muy bien a mi Caracas; porque el diario tendría interés en estar informado sobre la vida dentro de un geriátrico como es la mía; o quizás será por mi costumbre de "patear la calle", como dicen los periodistas.
No sé, evidentemente, cuál sería el motivo; pero de lo que sí estoy seguro es de sus efectos maravillosos a través de los dos años de pertenecer a ese competente grupo de ciudadanos. Para el momento de mi selección, era un hombre pasando un muy mal momento de mi vida por el estado de abandono y soledad, que me hacía sentir que no valía absolutamente nada y que estaba derrotado.
Con desconfianza, metí mi petición y poco tiempo faltó para que se experimentara un "gran milagro". La misión encomendada y vivida entre ese selecto grupo de compañeros me enarboló. Empecé a vivir nuevamente y tuve la oportunidad de tratar con el Director y todo su cuerpo editorial, así como ver en detalle la vida del país a través de un periódico.
Hoy, finalmente como parte de ese milagroso primer consejo de lectores de ÚN, recuperé a mi familia. Mis hijos ahora están conmigo, formaré un hogar y utilizaré el resto de mi vida en promover la cultura, así como los conocimientos de tecnología que me fueron impartidos en diversos cursos.
Utilicé los servicios de ÚN para ayudar a muchas personas que estaban delicadas de salud y para lograr el acuerdo de turismo entre Pdvsa y el Seguro Social, pues ya se han llevado 28 geriátricos. Al periódico y a mis compañeros del primer consejo de lectores, mi más eterno agradecimiento y firme promesa de que no los olvidaré.

Norman Rodríguez 
norman.rodriguezmartinez@gmail.com