Existen varias leyes que regulan los sonidos en el ambiente. Y todo ello porque se entiende la importancia y el derecho a la salud del individuo. Científicamente se comprueba que el ruido, entendiéndose este como sonido excesivo y molesto, produce efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de las personas. La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera 70 decibeles como el límite deseable.
Todo ruido que esté sobre ese límite ya es perjudicial para el ser humano. Se dice entonces que existe contaminación acústica, y para el hombre eso provoca la sociacusía, que es el déficit auditivo con efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental. El sistema auditivo se resiente ante la exposición prolongada a la fuente de los ruidos y si se continúa, produce sordera.
Un ruido fuerte puede llegar a perforar el tímpano (órgano interno del oído) y causar efectos psicológicos o fisiopatológicos negativos.
Sin embargo, pareciera que todo eso se ha olvidado y no hay sanción para los que incurren en esa conducta negativa. En nuestro diario trajinar caminando por la ciudad, encontramos: cornetas, buhoneros o tiendas con parlantes para anunciarse, vendedores de mercancía con su transporte, pitos de policías, música alta en los vehículos particulares, y en los colectivos públicos también. Existen vecinos cuya fiestas se enriquecen con gritos, risas y música "a todo cañón", vecinos que martillan o ruedan muebles en la noche. En fin, estamos expuestos a la "voluntad" de otro ser humano. Nadie le hace caso a la ley; si una se queja o llama a la Policía, ya estamos en la lista de execrados, en un exilio social.
Pero hay esperanza y, sin tomar color político, debo decir que hay excepciones. En el municipio Chacao, donde vivo, las ordenanzas se cumplen: la N° 183/04 -Ruidos molestos- se refiere a regular las emisiones de ruidos y vibraciones que deben ser ajustados a niveles admisibles para cada zona del municipio, existiendo la posibilidad de solicitar permiso especial para algún evento que se requiera.
Muy recientemente se realizó un operativo para "recordar" esa ordenanza, sobre todo a los comercios, restaurantes, tascas, cafeterías y clubes. Si hay alteración del orden o ruidos molestos, tendrán una multa o hasta cierre del negocio. Y así todos contentos.
Edilia C. de Borges
Habitante de Los Palos Grandes
edilia.cdeborges@gmail.com
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