jueves, 14 de marzo de 2013

Se necesitan mejores líderes


Los líderes, representantes y responsables de un pueblo que confía en ellos, han enfocado su rol en mirar los errores de los demás, descalificar, estigmatizar y vejar; esto se ha convertido en el pan nuestro de cada día.
Cada vez que se presenta una oportunidad de salir en cámara a través de un programa de radio o TV o medios impresos, vociferan y se sacan los trapitos.
Con esa actitud ofenden a cualquiera sin medir palabras ni consecuencias, a pesar de ser modelos a seguir; referencia del país.
Defienden hasta agotar las fuerzas sus intereses personales y caprichos individuales sin importar que el pueblo conozca la realidad de quiénes son, a sabiendas de que fueron elegidos por una mayoría y que por consecuencia les deben respeto y consideración a esas personas que creen que las cosas van a mejorar y que nuestro país se encamine hacia un mejor destino.
Nuestro país se encamina a un abismo oscuro, sin salida, en un precipicio que, al parecer, a nadie le importa mucho.
Los líderes escogidos y aceptados por un sentimiento manifestado en el sufragio no han entendido ni descubierto su papel fundamental: que es trabajar para que mancomunadamente este país salga adelante y cada día sea mejor y se enfile hasta donde todos los venezolanos soñamos.
Les preocupan más sus intereses propios -que nos da mucho que pensar y creer- que el destino de nuestra nación. ¿Por qué tanta ira, violencia y desigualdad por parte de estos representantes?; sus discursos son un mar de contiendas que incitan a los ciudadanos a imitar sus conductas y costumbres sin importar qué sector de la población los ve, los oye y los siente cuando se expresan.
Los verdaderos líderes se caracterizan por hacer las cosas excelentes, no hacen caso al que dirán ni a los comentarios que surgen; ellos no tienen tiempo para perder en esas pequeñeces, siempre están ocupados y concentrados en sus metas y visiones.
Una de las cosas que ha desequilibrado a grandes líderes de la historia y de esta época, es la falta de carácter, madurez y cordura.
En la historia hay líderes que marcaron una diferencia como Benjamín Franklin, Nelson Mandela, Simón Bolívar, entre otros. Debemos hacer sucesores que transciendan a otras generaciones y no seguidores sin visión.
José Manuel Díaz
Hab. de Barinas
Comerciante
jmdiazu@hotmail.com

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