El hogar representa la cuna de los valores. Siempre se ha dicho que la educación comienza en el hogar, donde se deben inculcar los valores fundamentales para la vida.El padre y la madre son los llamados a impartirles los primeros valores a sus hijos.Educar a los hijos en valores es la sagrada misión que debe cumplir la familia para sentar las bases de la formación para la vida.Si el padre y la madre no les inculcan los primeros valores a sus hijos/as, al mandarlos a la escuela el/la docente, sin ser adivino, detectará de inmediato en qué hogares se hizo poco o nada en educar en valores.
¿Cómo detecta el/la docente esa carencia? Esos niños/as al llegar a la escuela (educación inicial) comienzan a hacerse notar con su comportamiento y actitud, molestan reiteradamente a sus compañeros, los muerden, los agreden, no acatan ni atienden los llamados y sugerencias de los docentes, o sea, comprometen la paz, la tranquilidad y el equilibrio en el aula y en las otras áreas del colegio.Esos niños/as siguen avanzando de grado en grado exhibiendo una conducta muy diferente a los chicos de hogares donde se hizo un trabajo efectivo en educarlos en valores. Los niños/as a quienes los padres olvidaron educar en valores desarrollarán un comportamiento disruptivo que se les irá acentuando a medida que pasen a otros grados y avancen a otros niveles. Esos niños/as seguirán haciéndose sentir con su comportamiento disruptivo en educación media.
Al egresar de educación media, esos alumnos/as, una vez inscritos en educación superior, continuarán incrementando y fortaleciendo su comportamiento disruptivo.Ahora se les conseguirá protagonizando y encabezando todos los disturbios y protestas en la universidad donde estén cursando, ya sea atentando contra los bienes de la institución o del personal docente.Ese desenlace es el resultado que les espera a los hijos/as de toda familia que haya obviado o no los hayan educado en valores.
Jesús Romero
jesusrromerog50@gmail.com
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