Este 13 de mayo fue el primer aniversario del Plan Patria Segura, pero como ya es común en materia delincuencial, hay más interrogantes que verdadera rendición de cuentas sobre este programa. Imagínese que usted lleva su carro al taller porque tiene una falla, y al pasar cuatro días, el mecánico le dice que trabajó día y noche, invirtió más de Bs 30 mil, cambió más de 10 piezas y engrasó tres veces el vehículo. ¡Vaya trabajo! ¿Cierto? Nadie puede negar el esfuerzo del mecánico; pero, ¿qué es lo realmente importante a fin de cuentas?: ¿reparó la falla o no? A los venezolanos nos han ido educando, como buenos rentistas, en relacionar la cantidad de dinero invertido y el tiempo de trabajo con buenos resultados, pero nada más erróneo; al contrario. Una buena gerencia logra importantes objetivos con poco, y siempre tiene presente que habrá adversidades en el camino, por eso necesita estrategia, un buen plan y gente que sepa hacer la diferencia. Entonces, más importante que una cuantiosa inversión en dotación policial es si bajaron los índices delictivos; más importante que un despliegue policial es que existan menos razones para delinquir. Más importante que decir cuánto dinero se destina a un plan desarme es ya no tener razones para armarse; más importante que contabilizar canchas pintadas es tener una juventud sin temor a ejercitarse por la hora. Mi reflexión: tenemos serios problemas en materia de rendición de cuentas, incluyendo estadísticas y montos de inversión. Recuerde que una cosa es la comunicación política gubernamental, y otra muy distinta la exposición formal de los asuntos públicos.
Investigador en Ciencias Sociales
Hab. Candelaria
wtellez@ovecc.org
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