martes, 4 de agosto de 2015

Drogas y adolescentes



La drogadicción en la adolescencia se  refiere al abuso de sustancias ilegales o al uso excesivo de las legales. Entre las  legales tenemos el alcohol y el cigarrillo. Si dicho patrón de conducta es continuo
conduce a problemas graves como:  faltar a la escuela, al liceo o a la universidad, situaciones de peligro, accidentes automovilísticos, problemas legales, con las relaciones familiares y las amistades.

La señal más evidente de dependencia   de drogas incluye un aumento de la tolerancia o una necesidad de tomar cantidades mayores de las sustancias para lograr los efectos deseados. Se dice que una persona es dependiente cuando se da el “síndrome de abstinencia”, manifestaciones físicas y emocionales por falta de las mismas, el individuo percibe la necesidad de consumir cada vez en mayores cantidades para percibir incrementos de los efectos.

La accesibilidad de los jóvenes a las  bebidas alcohólicas es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta a menores. La edad media de inicio, por lo menos en Venezuela,
entre los escolares está entre los 14 y 15 años, las niñas no se quedan atrás, aunque consumen cantidades menores.

Hay otro hecho que se debe tener claro y es la “dependencia química”, que es el uso compulsivo de sustancias que pueden ser drogas o alcohol, y la incapacidad de dejar de utilizarlas. Investigaciones señalan que 80% de las muertes entre los adolescentes se debe a causas violentas y, dentro de ellas, las relacionadas con drogas o alcohol representan el 50%. Existe también un alto porcentaje de suicidio en los adictos a estas sustancias. Además, se consideran los factores familiares de gran importancia en el inicio de la adicción al alcohol y otras drogas, ya que un número significativo de niños tiene su primera oferta de consumo de alcohol dentro del ambiente familiar.

Dada la gravedad y el incremento del consumo de drogas en nuestra juventud, las autoridades competentes en el área deben desarrollar programas y campañas educativas intensivas para atacar este problema. El consumo de alcohol y de drogas no proporciona ni son sinónimo de felicidad
y alegría. ¡Dile NO a las Drogas! ■

MIRIAN CUEVAS
mairimc27@yahoo.com

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