martes, 11 de agosto de 2015
Recuerdos de la isla de Margarita
Hay momentos en que la nostalgia nos invade cuando los recuerdos de tiempos pasados nos sitúan en los lugares que han marcado nuestra vida. Es el caso de Margarita, la isla donde hay un pueblo llamado Santa Ana del Norte, donde nací hace 69 años.
Cuando pienso en la niñez y juventud vividas recuerdo la vida tranquila, vecinos amables, todos conocidos, unas fiestas patronales celebrando el día de Santa Ana, 26 de julio, que resultaban maravillosas, por supuesto, solo superadas con la fiesta de la Virgen del Valle, cuando era imprescindible y casi obligatorio, para margariteño que se precie, visitar el santuario y disfrutar los dulces propios de la región.
Ver un atardecer en Juangriego era lo máximo y en La Asunción quién no iba a ver el Fortín Santa Rosa e imaginarse la historia de Luisa Cáceres de Arismendi. Visitar Porlamar a ver las tiendas, con sus objetos que no podíamos comprar pero que eran un deleite para la vista. Ah, las playas como La Restinga, Manzanillo, Pampatar, Pedro González y otras que casi no se conocían pero a donde nos aventurábamos cuando venían familiares y amigos.
Pero, en busca de oportunidades de estudios, decidimos venir a Caracas y la isla y sus maravillas
quedaron en el corazón grabados como recuerdos inolvidables. Actualmente ya no es lo que recordamos y se convirtió en una zona de turismo para los “navegaos”. Pero siempre estará en mi corazón y en mis sentidos el olor a sal y pescado frito, los dulces criollos, las empanadas de cazón
irrepetibles, el hablar peculiar de mis paisanos y, siempre, la amabilidad de los ñeros. ■
MIRTHA GIRÓN
mirtag.giron069@gmail.com
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