martes, 30 de agosto de 2016

La inseguridad policial



En Venezuela, con el devenir de los últimos años, se han gestado grandes transformaciones sociales. Una de ellas fue la reforma policial, la cual surgió luego de un proceso de consulta e investigación que concluyó con la promulgación del nuevo modelo de seguridad, con altos estándares de desempeño, eficiencia y eficacia, que se ha caracterizado por ser humanista, con apego a los derechos humanos de la población. 

Sin embargo, esa transformación ha perdido el impulso que inicialmente tuvo, a pesar de contar con una casa de estudios superiores. El nuevo modelo se encuentra sin dirección y sin metas claras, el funcionario está desprotegido judicialmente y muchos siguen cayendo en los viejos paradigmas delincuenciales que llevaron a la intervención y eliminación de la Policía Metropolitana.

Si bien es cierto que en todas las familias -sin tildarnos de racistas- pueden encontrarse ovejas negras y descarriadas, también es innegable que existen funcionarios policiales quienes dan lo mejor de su trabajo, dejando atrás hijos y familias por el bien de la comunidad.

A ese devenir de la inseguridad policial se han unido los asesinatos de policías, que actualmente parecen tener precio. Lamentablemente, eso se debe a la inefectividad de los operativos, pues hay que esperar que el delincuente arremeta sin piedad violando todos los derechos humanos no solo de los funcionarios, sino también de la población en general para poder actuar con contundencia. 

Las estadísticas dejan en evidencia que se mantiene la tendencia de asesinar policías. Las cifras son elocuentes en los últimos meses ya no solo para despojarlos de su arma de reglamento; ahora, asesinarlos significa ganar categoría. 

Antes, los asesinatos ocurrían generalmente cuando el funcionario estaba fuera de servicio y los más vulnerables eran los oficiales con menor jerarquía y edad, pero ese modus operandi ha sido cambiado, ya que los ataques son realizados de manera programada y sistemática. Es un problema que debe ser tratado urgentemente por los entes encargados de prestar seguridad a la población. En algo se está fallando y el ente encargado de brindar justicia debe estar acorde con los nuevos desafíos.








Ángel Pulido Colmenares pulido
Habitante de Guatire (Mir)

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