lunes, 5 de septiembre de 2011

No vale la pena

Es asombro escuchar las historias fascinantes de nuestros abuelos y bisabuelos de cómo fue su infancia y crianza. Cuáles eran sus costumbres, su forma de vivir, cómo era el comportamiento de la sociedad y cómo fue la evolución de las grandes ciudades de nuestro país, para darse cuenta en lo que hoy la hemos convertido. Al reflexionar y comparar de manera general los anteriores acontecimientos en Venezuela, tomando como punto de partida la década de 1920 hasta ahora son demasiadas las cosas que han cambiado, unas de bien para mal, otras de mal para peor y quizás unas de bien para mejor.
Lo cierto es que los valores y principios humanos que existían anteriormente se han perdido en el transcurso del tiempo, incluso podríamos decir que casi han desaparecido una gran mayoría de ellos por completo, como por ejemplo: el respeto, de los hijos hacia los padres, entre las personas, a lo ajeno, a las autoridades y al país. Otro punto podría ser la confianza, entre la familia, los ciudadanos, hacia los políticos, a los entes públicos y empresas privadas, en Venezuela y el más importante de todo el amor, personal, familiar, laboral, ciudadano, para con nuestra nación y resto del mundo.
Todo lo que como individuos hemos echado a perder “No vale la pena”:
* Irrespetar si podemos respetar.
* Desconfiar si podemos creer.
* Gritar si podemos hablar.
* Pelear si podemos entendernos.
* Desprestigiar si podemos valorar.
* Maltratar si podemos cuidar.
* Dañar si podemos reparar.
* Destruir si podemos edificar.
* Envidiar si podemos alcanzar.
* Odiar si podemos perdonar.
* Criticar si podemos bendecir.
* Robar si podemos trabajar.
* Humillar si podemos exaltar.
* Asesinar si podemos dar vida.
* Desear el mal si podemos ayudar.
* Ser orgullosos si podemos ser humilde.
* Rendirnos si podemos luchar.
* Rechazar si podemos aceptar.
* Ser groseros si podemos ser educados.
* Llorar si podemos ser felices.
* Odiar si podemos amar.
Dando lo mejor de nosotros, reconstruiremos lo que sí vale la pena. Luchemos por lo que es duradero.
Alexander Bello
Contador público, habitante de La Tahona
alexbello_5@yahoo.com

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