Terminó 2011 y todo el mundo se preparó para enfrentar 2012 con deseos de paz, salud, amor, tolerancia, pedidos de empleo, dinero.
La fecha del fin de año y el comienzo de uno nuevo es propicia para sentarnos a hacer una revisión profunda de cómo fue nuestro comportamiento en el año que se fue.
No es hora de culpar a otros por no tener empleo, por no haber ingresado a la universidad o por no haber podido comprar el carro o la casa que quería. Es hora de revisar si el o la culpable de no haber alcanzado esas metas soy yo mismo.
Por ejemplo: perdí mi empleo por faltar varias veces sin causa justificada; no ingresé a la universidad porque no me preparé lo suficiente en el bachillerato; no logré comprar carro o casa por no haber sido previsivo o previsiva y no ahorré para la cuota inicial y no califico para un préstamo que me permita comprar esos bienes.
Podemos pasar otro año revisando las razones de por qué no conseguimos lo que queríamos o seguir echándoles la culpa a los demás.
El fin de año fue el momento de hacer ese examen de conciencia y proponernos cumplir nuestras metas, no como las promesas de borrachos ("este es mi último trago") o como La flor del trabajo (canción de Billo's): "La próxima semana busco trabajo, porque el viernes es Día de los Reyes Magos".
Debemos alcanzar al menos una sola de las tantas metas que nos propusimos el 31 de diciembre a medianoche y veremos que al finalizar este año nos sentiremos mejor con nosotros mismos, con nuestra familia y con nuestro país.
Feliz y próspero año 2012 a todos los habitantes de Venezuela. Esperamos que estos 12 meses vengan cargados con mucha tolerancia, respeto y armonía.
IGNARIA IRINA ARRAIZ LEóN
Comerciante, habitante de El Hatillo
polarico2011@gmail.com
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