La gran mayoría de los bancos privados de nuestro país mantiene en los medios de comunicación una buena cantidad y variedad de publicidad, con la cual hacen ver al público que son la mejor opción para que la gente deposite su dinero.
Pero mientras más grande es el banco más deficiente es el "servicio". Las colas son inmensas, incluso en la calle, bajo el sol o la lluvia. La mayoría no cumple las Normas de Protección a los Usuarios de los Servicios Financieros, especialmente en lo relativo al tiempo máximo de 30 minutos de espera para ser atendido, establecido en una resolución emitida por la Superintendencia de Bancos.
No obstante que el artículo 7º de las Normas para la Atención a Clientes y/o Usuarios establece la prohibición de atención preferente (excepto personas de la tercera edad, discapacitadas y embarazadas), los cajeros violan esta norma y con mucha frecuencia realizan operaciones a personas que no están en la cola o no están en turno de atención.
La figura del Defensor del Cliente no existe o no actúa ante estos hechos y los usuarios de las entidades financieras estamos desasistidos ante semejante abuso de estas instituciones.
Esta situación la he vivido recientemente en las agencias de los bancos de Venezuela de Cúa y en el Banco Industrial de Charallave, ambos en el estado Miranda.
El llamado es a la Superintendencia de Bancos para que ejerza la supervisión necesaria a los efectos de que se cumplan las normas establecidas, para que los usuarios del servicio bancario dejemos de sufrir tantas calamidades.
JOSÉ SATURNINO GONZáLEZ
Trabajador comunitario
Habitante de Cúa, Miranda
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