El Día Internacional para la Tolerancia se celebra todos los años el 16 de noviembre por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, abreviado internacionalmente como Unesco.
La tolerancia es un componente fundamental del respeto de los derechos humanos y para el logro de la paz. En su forma más simple y básica, consiste en reconocer a los demás el derecho a que se respete su persona e identidad. Es la calidad esencial mínima que permite descartar la violencia y la coerción.
En la declaración de principios sobre el particular, la Unesco sostiene que “la tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo, la democracia y el estado de Derecho”.
Es una pequeña virtud imprescindible para los pueblos democráticos y se convierte en la actitud básica para poder actuar en el juego de las libertades y de los planteamientos discrepantes.
Se construye a través de un proceso de socialización y de reconocimiento a la alteridad.
El régimen democrático, con todas sus fallas e imperfecciones, está diseñado para la lucha ideológica y política entre quienes pueden compartir un marco de convivencia común.
Su práctica se apoya sobre el hecho de que todos somos iguales ante la ley y de que cada uno tiene el derecho a la misma libertad que cualquier otro individuo o grupo.
El tener ideas divergentes no debe ser motivo de maltrato físico o emocional.
Así como la Constitución de un país decreta libertad de cultos, igualmente consigna libertad de ideas políticas.
En las sociedades democráticas, los grupos sociales encuentran en los medios de comunicación un espacio importante para la diversidad de opiniones, lo que es saludable en una sociedad que esté signada por el respeto, indispensable para la convivencia civilizada. La tolerancia es la virtud que sustituye la cultura de guerra por la paz.
Wilman Palencia
Periodista
Hab. El Paraíso
picure2@hotmail.com
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