ESCASEZ EN LA RED PÚBLICA DE DISTRIBUCIÓN DE COMIDA

De un tiempo a esta parte la red pública de distribución y venta de alimentos no está funcionando como debe ser, cada vez es menos frecuente ver abastos y bodegas populares de Mercal y Pdval abiertos o en tal caso bien surtidos. Ahora, lo que sí se observa son grandes colas de venezolanos (madres, hombres, ancianos y jóvenes) para adquirir los alimentos que en esos recintos se expenden a menor precio que en el resto de comercios que se dedican a vender alimentos. 

Mercal y Pdval solo realizan de vez en cuando mercados a cielo abierto, en los cuales no todos pueden adquirir los alimentos porque la mafia allí enquistada negocia los productos al mejor postor, mientras el venezolano humilde, el empobrecido, cuando por fin logra llegar después de una cola sin fin se queda sin poder comprar, porque todo se ha acabado.

No se sabe si el Gobierno nacional está al tanto de que la leche en polvo completa para los niños venezolanos lleva desaparecida hace bastante tiempo, y si se logra ver la misma tiene un costo de Bs 70, precio por cierto que no es el regulado. Y así como la leche hay otros productos que sencillamente no se encuentran en los mercados pero sí están en manos de los comerciantes informales que aprovechándose de la escasez los venden a precios exorbitantes.

Del tour que las amas de casas, padres de familias o el ciudadano de a pie que diariamente tiene que hacer para abastecerse, lo que queda es una rabia contenida que en algún momento se va a desbordar, porque hasta cuándo la gente va a estar perdiendo tiempo, energía y salud en el nuevo deporte extremo que es hacer las compras en este país. ¿Por qué un grupo de privilegiados sí tiene acceso a todo lo que desea y el resto tiene que padecer y pagar sumas elevadas por productos de la cesta básica, si solo hablamos de alimentos? 

Entonces, qué está esperando el Gobierno nacional para tomar medidas ajustadas a la realidad que se vive en la calle, y no la que ellos perciben desde sus flamantes oficinas con aire acondicionado y dólares a manos llenas, mientras el resto sobrevive a duras penas.  

Miriam Cuevas
Internacionalista
Habitante de La Pastora
mairimc27@yahoo.com