Ha transcurrido bastante tiempo desde aquel fatídico día cuando fue asesinada una niña dentro de las instalaciones del liceo Andrés Bello, mientras hacía deportes, y a partir de ese hecho brutal se hizo común que a nuestros estudiantes los asesinen dentro de sus propios colegios sin que hasta ahora se tomen políticas de seguridad serias al respecto.
Cuando ocurrió ese crimen, el Gobierno dijo que instalaría detectores de metales en ese centro educativo y apostaría efectivos militares como apoyo a las labores de la institución, así como requisar a todo visitante para controlar el acceso de armas; sin embargo, nada de esto se cumplió.
Un nuevo caso acaba de ocurrir, en esta oportunidad en la Unidad Educativa Rafael Arévalo González, en Higuerote (Mir), donde fueron heridos dos escolares de 16 y 17 años, cursantes del 5° año de bachillerato, a manos de otro liceísta.
Durante uno de los velorios de estos adolescentes fallecidos, algunas madres expresaron su dolor, impotencia y miedo ante estos hechos.
Comentaban su incertidumbre acerca de si mandar o no a sus hijos a clases.
Los propios liceístas tienen el mismo temor de volver a las aulas; dudan entre si ir a clases para graduarse y ser un profesional, aunque pongan su vida en riesgo o se quedan en casa para resguardar su vida; “¿cuál es mi mejor opción?”, se preguntan.
Todos debemos poner nuestro granito de arena para frenar o erradicar la violencia de las aulas, por ello le pido al ministro de Educación, Héctor Rodríguez, ampliar la red de educadores en todos los planteles del país y crear el departamento de Orientación Familiar donde expertos, psicólogos, terapeutas de familias, orientadores, entre otros profesionales, chequeen la salud mental de nuestros estudiantes y detecten posibles problemas de conducta que pueden haberse iniciado dentro del hogar, y darles soluciones.
Hay niños que son maltratados a diario dentro y fuera de los hogares, y al no contar con ayuda profesional tienden a mostrarse violentos ante cualquier situación que para ellos parezca incontrolable. Una simple discusión entre niños puede terminar en violencia y apoyado por el arma que algún irresponsable adulto le facilite, ocasione el asesinato de su compañerito.
Este departamento de Orientación Familiar debe impartir charlas semanales a todos los estudiantes con todos los posibles temas que los ayuden a tener otra visión para afrontar cualquier obstáculo o dificultad en la vida, porque de continuar en ascenso estos numeritos rojos, presiento que no vamos a tener relevos profesionales.
Isabel Francis Navarro
Ingeniero
Hab. El Marqués
Isafrancis968@hotmail.com
martes, 10 de junio de 2014
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