Fuimos elegidas por Dios para “guerrear” con estos seres superespeciales, pedacitos de cielo que llegaron a nuestra vida a enseñarnos que las cosas sencillas son las que bastan. Pero necesitamos que nos tiendan esa mano amiga que tanto necesitamos.
Me imagino todos los días a esas madres en sus casas cuidando a sus hijos, porque –como yo– muchas tuvimos que salir a la calle a trabajar porque simplemente no había pa’ las medicinas, pa’ los pañales, pa’ los taxis, y no podía dejar que a mi hijo le faltara nada, porque mi hijo y los de muchas madres son seres indefensos que necesitan nuestra atención y amor.
Por eso, le pido, Presidente, que las instituciones y organismos del Estado, así como los municipios, les den importancia a estos casos, que son miles, y no con migajas sino con buenos planes sociales.
Muchas de nosotras no tenemos casas, vivimos en un cuarto arrimadas con un familiar, o ¿es que acaso estos niños no merecen vivir dignamente y tener un cuarto donde se les pueda hacer rehabilitación?
Si el gobierno de calle, las misiones, el Ivss y los hospitales del Estado son los vehículos para impulsar centros donde, mientras el niño recibe terapia el padre o la madre reciban un curso que le permita un sustento y así mejorar su calidad de vida.
Si tenemos un “Sistema” para el desarrollo musical de los infantes, hágamos un sistema de atención para los niños con discapacidad.
Presidente, quisiera decirle tantas cosas: que nuestros hijos tengan ayudas técnicas de buena calidad y adaptadas a sus necesidades, coches especiales a sus medidas porque ciertamente muchos organismos las otorgan, pero, por lo menos, los coches son estándar y así no andan nuestros hijos; también tienen derechos y merecen ser felices porque ese fue el legado de nuestro comandante, Hugo Chávez. Patria feliz para todos y estos niños también son patria.
GERALDIN CENTENO
Analista de medios de Conatel
Habitante de la carretera vieja Petare-Guarenas
geraldincenteno27@gmail.com
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