martes, 5 de mayo de 2015

GENEROSIDAD* Irina: mi mejor pago es una sonrisa

La generosidad es uno de los valores que define a Irina Arráiz, una luchadora social de El Hatillo (Mir) a punto de certificarse como coach para el emprendimiento y la innovación.

“Desde que tengo uso de razón, he sabido que no hay nada que lo haga a uno más feliz que el compartir con otro lo poco o mucho que uno tenga”. 

A temprana edad aprendió el valor de la generosidad. Cada año veía a su mamá realizar colectas entre sus compañeros de trabajo para llevarlas al Hospital San Juan de Dios y ayudar a los niños de escasos recursos.

Durante su época de estudiante, siguió el ejemplo: “Como yo estudié con las Salesianas en Casa San José de María Auxiliadora, en el mes de las misiones hacíamos colectas de ropa usada, calzados, medicinas y estas cajas eran enviadas al interior del país, donde niños y niñas indígenas resultaban beneficiados”. 

Los fines de semana, Irina dedicaba parte de su tiempo al Oratorio, una institución creada por Don Bosco. Ahí enseñaban catecismo, daban clases de lenguaje y matemática. Visitaban hospitales y asilos, y daban charlas a muchachos con problemas de conducta. Durante dos años colaboró con el programa de educación a distancia de Fe y Alegría. “Al compartir con los demás lo que he aprendido, no busco retribución, la mejor recompensa es saber que he ayudado a otro a crecer y ser mejor persona”, asevera.

Irina tiene más de 40 años dedicada al trabajo social, colaborando en su comunidad en la solución de los problemas y ayudando desde el Voluntariado de Salud de la Gobernación de Miranda. Para ella, el mejor pago es una sonrisa o un “gracias”.  




Gisela Rodríguez V.

grodriguez@grupo-un.com

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