“Trabajar desde hace ocho años en una organización de derechos del niño, ha sido un ejercicio de perseverancia. Momentos positivos han ido y han venido, tanto como los negativos, pero perseveran los aprendizajes que me hacen seguir soñando y creyendo que por muchas carencias que existan en nuestros colegios y comunidades, siempre habrá razón para seguir luchando”, afirma Eduardo Méndez, coordinador general de la ONG Manos por la Niñez y la Adolescencia.
Siempre ha estado vinculado a iniciativas comunitarias y actividades para ayudar a los jóvenes. En el sector de El Loro, en el barrio San Andrés de El Valle, participa junto a otros vecinos en la organización de eventos culturales, deportivos y sociales. “Así contribuimos a disminuir el ocio y la exposición a situaciones de riesgo”.
Para Méndez, quien forma parte del VI Consejo de Lectores de ÚN, la perseverancia es un valor fundamental. “La vida constantemente nos pone a prueba, arrojando a nuestro camino piedras que pueden entorpecer el transitar y hacernos caer. Muchas veces esas piedras son personas que consciente o inconscientemente se vuelven tóxicas, creando acciones que por lógica resultan ser tóxicas… ante esto me pregunto insistentemente: ¿debo dejar arroparme por lo que dicen de mí? ¿Debo quedarme únicamente con lo que me toca vivir? ¿Me quedo solo en la crítica? ¿Debo seguir tolerando que las piedras de mi camino me hagan dudar o me hagan creer que mi trabajo no tiene algún sentido? Pero siempre logro encontrar las respuestas, y ellas están en ese hermoso valor llamado Perseverancia”.
Gisela Rodríguez V.
grodriguez@grupo-un.com
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