Los perros en el metro

Ya es bastante común ver un perro dentro de las instalaciones del Metro de Caracas. Pero esta situación se convirtió en viral a través de las redes sociales hace poco tiempo, cuando miles de personas seguían preocupados por el desenlace del episodio del “perrito perdido” que llevaba semanas
dentro de los túneles del Metro. En ocasiones afirmaban que había muerto y de pronto alguien lo veía con vida  caminando entre los rieles.

Esta situación provocó muchas  interrogantes en cuanto a las funciones de seguridad, prevención, unidades especializadas en rescate animal, etc., de la compañía Metro. ¿Cómo llega un perro al Metro?

Parece sencillo, pero es muy complejo. Los perros que se acercan al Metro son perros en situación de abandono o callejeros, como se les dice, y siendo objetivos un perro no tiene nada que buscar en el
Metro, no hay alimentos ni refugio; por el contrario, hay caos y riesgo para ellos.

La primera razón por la que un perro entra al Metro es porque no hay controles de detección y prevención por parte del personal (el perro entra libremente como si tuviera boleto).

La segunda es porque por lo general esos perros (aunque no viven en una casa o tienen un dueño) siguen a una persona que ha sido generosa con ellos dándole algo de comida o caricias, y en el infinito
agradecimiento y amor que tienen esas nobles criaturas, los siguen a todas partes así la persona intente ahuyentarlos; entonces el perro en su desorientada experiencia aborda un tren para perderse lejos a otro lugar o, como “el perrito perdido”, se interna en los túneles y lo más probable es que muera arrollado sin que se haga noticia.

La tercera  es porque hay personas irresponsables que llevan perros, bien sea en bolsos o atados a
correas y hasta sueltos, pero todos los casos tiene su origen en la primera razón. Me atrevería a decir que la culpa es de todos… o de muchos. Lo que sí es cierto es que cuando el problema es de muchos, las soluciones son más difíciles porque nadie quiere asumir la culpa ni aportar soluciones. Dejo esta
reflexión escrita para asumir mi culpa y que en su medida sirva de aporte para encontrarle solución a ese problema y no tengamos más a un “perrito perdido” en el Metro.

NATHAN RAMÍREZ
nathan1969@gmail.com