Ya han transcurrido seis
meses turbulentos para nuestro querido país, la caída de los precios del
petróleo y el castigo de la naturaleza con una sequía que estuvo a punto de
colapsar el reservorio de agua más importante de Venezuela, productor de la
energía eléctrica que todos consumimos, como es la Central Hidroeléctrica Simón
Bolívar, se racionó la electricidad y también hubo una baja producción agrícola
debido a la escasez de las lluvias.
Pero a su vez se inicia un
nuevo período de chaparrones y esto seguramente ayudará al comienzo de un nuevo
ciclo de siembras en los campos venezolanos. Sería bueno que el Estado tome
como iniciativa el viejo adagio de “sembrar el petróleo” promulgado el 14 de
julio de 1936 por el periodista y escritor Arturo Uslar Pietri, y publicado en
el diario caraqueño Ahora; dicho adagio está próximo a cumplir 80 años y
seguimos sin sembrar el petróleo. Allí planteaba la necesidad de invertir este
recurso tan vital con la finalidad de que este sector económico reimpulsara los
demás para generar un debido desarrollo y equilibrio económico en el país, con
los recursos provenientes de la renta petrolera.
Renta petrolera que ha llegado como lluvia
salvadora en muchas ocasiones, pero esta vez llegaron las lluvias de la madre
naturaleza y con ella también llegó el cese del Plan de Administración de
Cargas, que había sido implementado como consecuencia del bajo nivel de la represa
del Guri. Una interrogante que queda en el aire: ¿habrán tomado conciencia los
venezolanos ante la grave situación que se presentó por el posible colapso de
la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar? Es hora de tomar ese pensamiento
político presagiado hace 80 años por las sabias palabras de Uslar Pietri.
Esta siembra debe comenzar en
los hogares, la escuela y los entes gubernamentales, estos últimos bastión del
despilfarro de energía eléctrica y en los que podemos observar en horas
nocturnas edificios completamente iluminados y con escasa presencia de
empleados. Concientizar es la semilla que debemos comenzar a sembrar y regar.
Es necesario revisar a fondo la infraestructura eléctrica del país, planificar,
invertir y supervisar, desde la simple acometida que llega a los hogares
venezolanos hasta las grandes estructuras eléctricas de las ciudades, y será
allí cuando en verdad comenzaremos a ver los frutos de las palabras visionarias
de Uslar Pietri.
Ángel Pulido
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