martes, 13 de septiembre de 2016

Trabajo informal



En Venezuela el trabajo informal ha crecido considerablemente en comparación con el trabajo formal, influenciado en el aprovechamiento de cualquier situación anormal de la economía nacional, no dejar escapar la más mínima oportunidad de trabajar informalmente es la meta, generando beneficios económicos aun cuando esto signifique el desconocimiento del significado de la solidaridad y volverse cada vez más viles contra los más débiles de la clase social a la cual se pertenece. Por lo que a juicio propio los denomino los trabajadores infernales. 

Sus principales campos para el trabajo son las necesidades más extremas de la sociedad; sus planes, por mencionar algunos, consisten en conformar una nómina de 10 individuos para trabajar haciendo cola diariamente con un sueldo de Bs 400 diarios, lo que representa un ingreso mensual de Bs 8 mil trabajando de lunes a viernes, mientras que el jefe, con un margen de utilidad de 800% sobre cada producto, genera una ganancia mensual aproximada de Bs 35 mil. También se presenta el trabajador informal por kilo, que no conforme con un importante sobreprecio, altera el peso afectándolo en 100 gramos o más.

Ante lo anteriormente expuesto, solo puedo recomendar valorar cada bien o producto con su adecuado y conservador uso, hacer su cola (no existe ninguna otra alternativa apegada a derecho) para hacerse de los bienes y servicios a precios justos y sobre todo denunciar a los trabajadores infernales. Por su parte, a los entes gubernamentales les digo que es de vital importancia promover la reducción del empleo informal, por ejemplo, una ordenanza municipal que cree una ficha o canal único para la prestación del servicio de taxi, estableciendo una central única de taxistas municipales, con un gravamen anual estándar, y que no permita la circulación de taxistas que estén al margen de esta ordenanza. 

En cambio el trabajador informal conocido como buhonero, y que se encuentra en la acera frente a una tienda o establecimiento constituido, no puede aplicarse lo mismo que al taxista porque las condiciones de mobiliario, ubicación y seguridad patrimonial no permiten tal acción, pero las autoridades competentes deben actuar al respecto. 



Econ. Rubén López
Hab de Ciudad Bolívar

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