En Venezuela el trabajo
informal ha crecido considerablemente en comparación con el trabajo formal,
influenciado en el aprovechamiento de cualquier situación anormal de la
economía nacional, no dejar escapar la más mínima oportunidad de trabajar
informalmente es la meta, generando beneficios económicos aun cuando esto
signifique el desconocimiento del significado de la solidaridad y volverse cada
vez más viles contra los más débiles de la clase social a la cual se pertenece.
Por lo que a juicio propio los denomino los trabajadores infernales.
Sus principales campos para
el trabajo son las necesidades más extremas de la sociedad; sus planes, por
mencionar algunos, consisten en conformar una nómina de 10 individuos para
trabajar haciendo cola diariamente con un sueldo de Bs 400 diarios, lo que representa
un ingreso mensual de Bs 8 mil trabajando de lunes a viernes, mientras que el
jefe, con un margen de utilidad de 800% sobre cada producto, genera una
ganancia mensual aproximada de Bs 35 mil. También se presenta el trabajador
informal por kilo, que no conforme con un importante sobreprecio, altera el
peso afectándolo en 100 gramos o más.
Ante lo anteriormente
expuesto, solo puedo recomendar valorar cada bien o producto con su adecuado y
conservador uso, hacer su cola (no existe ninguna otra alternativa apegada a
derecho) para hacerse de los bienes y servicios a precios justos y sobre todo
denunciar a los trabajadores infernales. Por su parte, a los entes gubernamentales les
digo que es de vital importancia promover la reducción del empleo informal, por
ejemplo, una ordenanza municipal que cree una ficha o canal único para la
prestación del servicio de taxi, estableciendo una central única de taxistas
municipales, con un gravamen anual estándar, y que no permita la circulación de
taxistas que estén al margen de esta ordenanza.
En cambio el trabajador
informal conocido como buhonero, y que se encuentra en la acera frente a una
tienda o establecimiento constituido, no puede aplicarse lo mismo que al
taxista porque las condiciones de mobiliario, ubicación y seguridad patrimonial
no permiten tal acción, pero las autoridades competentes deben actuar al
respecto.
Econ. Rubén López
Hab de Ciudad Bolívar
No hay comentarios:
Publicar un comentario