El ajetreo diario nos hace pasar por alto situaciones a las que de no afectarnos directamente no les damos importancia. La inseguridad, la intolerancia, el anteponer nuestros intereses personales a los de los demás nos hacen insensibles a las necesidades ajenas.
Últimamente, he escuchado en diferentes sitios donde por cuestiones laborales he tenido que estar, comentarios de personas que han pasado hasta una hora buscando un sanitario, sí, un sanitario.
Es triste que para hacer una simple diligencia ante un organismo gubernamental tengamos que salir de nuestras casas muy temprano y que debamos pasar hasta 5 horas en una cola, aguantando frío, hambre, sed, etc. Como seres humanos tenemos necesidades físicas que satisfacer, pero resulta que en la mayoría de los registros civiles, registros mercantiles, notarías, consulados y otros, no hay sanitarios para el público, y si los hay tienen un letrero que dice "cerrado por falta de agua" o la otra perla "la persona que tiene la llave no vino hoy".
Entonces comienza otro vía crucis: la persona sale a recorrer los restaurantes, cafetines, y si no consume no se lo prestan, o se va a un centro comercial y resulta que como aún continúa el horario impuesto por la situación de ahorro de consumo de electricidad, el centro comercial está cerrado.
La situación empeora si la persona está acompañada por un niño, debido a que ellos no entienden por qué deben aguantar las ganas de ir al baño y comienzan a llorar, lo que hace que el adulto se desespere y contagie con su angustia a quienes tienen que escuchar el llanto del muchacho. Es necesario que se concientice a los directores de los organismos públicos, con la finalidad de que tomen las medidas necesarias para que esta situación se subsane y que los dueños de establecimientos piensen que ellos también en algún momento necesitaran que alguien les permita el uso del sanitario.
Ignaria Irina Arraiz León
Comerciante/El Hatillo
iarraiz1954@hotmail.com
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