El segundo domingo

Desde muy pequeños nos inculcan que el Día de la Madre se celebra el segundo domingo del mes de mayo de cada año.
 Un solo día. ¡Qué utopía! los que hemos tenido la bendición de contar con nuestras madres al lado sabemos que celebrar un día al año a aquel ser humano que se ha pasado la vida las 24 horas del día respirando por nosotros, desvelándose, dejando de lado muchas cosas de su propia existencia a cambio de ser nuestras guías y ángeles guardianes, es como ilógico.
La cosa se pone extraña cuando algún hijo se acerca a ella con la brillante idea de premiar a su madre con una olla o una plancha para seguir recordándole sus deberes.
Este llamado es a la reflexión: hijos, por favor, como madre les puedo asegurar que a nosotras nos gustan los dulces, los paseos al aire libre, los perfumes, ir a la playa, vestirnos y vernos lindas, comer sin tener que cocinar, ir al cine, al teatro, a bailar; muchas de estas cosas las dejamos de hacer por tener que cambiar pañales, preparar teteros, llevarlos al colegio, a la barbería, a clases de flamenco, de fútbol, ayudarlos con sus tareas, por cuidar sus fiebres y resfriados. Todas estas responsabilidades las hemos hecho como todo con amor, pero creo que ya podemos volver a ocuparnos de nosotras mismas.
Por ello, hijo, si no estás en la posibilidad de hacerme un regalo material, regálame lo que para mí siempre tendrá más valor que todo en este mundo: tu compañía, tu amor y el legado de ser un gran hijo y mejor ser humano.
Y si ya partí a otro plano, recuérdame como la mejor madre y el ser ¡que más te amó!

Manuela Ortega 
Administradora/Taxista
Hab. de la Av. FF.AA.
manuelaortega26@hotmail.com