Aún cuando el Estado y los ciudadanos siempre tienen la voluntad de solucionar los problemas que se presentan en la sociedad en el ámbito de la inseguridad, la educación, la economía, el deporte y la salud, ¿qué pasa si el problema está dentro de la solución? Un ejemplo es respetar las señales de tránsito, pues los mismos fiscales y policías de tránsito no cumplen ni hacen cumplir las leyes. Son ellos lo que no respetan la luz de los semáforos, circulan con sus motos por las aceras, dan la vuelta en U donde quieren, circulan en contra del flechado, circulan en los bulevares donde eso está prohibido, estacionan en los pasos de peatones... Con ese comportamiento, ¿con qué moral pueden exigirles a los motorizados que cumplan la ley?
Lo mismo sucede con los vehículos, pues protegidos con la identificación de un cuerpo del Estado o un emblema de un ministerio, una alcaldía o un cuerpo policial, violan todas las normas. ¿Acaso no son las autoridades el modelo por seguir? Si es así, todos los ciudadanos copiando este ejemplo crearemos la total anarquía, cosa que está pasando a todos los niveles.
Un poco de eso está sucediendo en deporte, salud y economía, donde el derecho se viola sin que la autoridad que vigila para cumplir la ley y la norma es parte del problema. Es hora de poner una cuota de conciencia en el respeto a la ley. Si el que soluciona los problemas es parte del problema, entonces no hay solución. Es bueno recordar que el que vigila para que se cumpla la ley y permite que esta se viole es más culpable que el autor, pues el Estado lo formó para hacer cumplir la ley, y si no cumple, la falta es doble.
William Jiménez
Habitante de 23 de Enero
Bibliotecólogo
wjimenezw@hotmail.com
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