Hola Susan ¿cómo estás? Espero que estos electrones duren menos de 10 segundos en llegar a 350 kilómetros que nos separan con el siguiente mensaje:
Me enteré que llevas 3 meses de embarazo. He visto varias ecografía de bebés en distintas etapas y comprendí la velocidad a que viajan los genes por el pequeño espacio de un vientre, haciendo en menos tiempo lo que duró millones de años evolucionar el ser humano, en un tiempo de 7 a 9 meses de gestación. ¡Qué maravilla!
Esto me hizo pensar que dentro de un espacio puede habitar otro espacio diferente al externo, que pueden separarse y ser independiente del otro, pero pueden conectarse ambos. Quizás sea el porqué podemos interactuar con personas de distintas edades con un mundo diferente al de uno mismo. Si comprendiéramos esta maravilla, lo incluiríamos en el concepto de hijo.
Ayer me acordé de tu padre. Supongo que debe estar en su última fase de vida por el cáncer. Dile que no tenga miedo de recordar los momentos difíciles, amargos, tristes, divertidos y felices que vivió. Siempre se ha razonado que el tiempo es continuo, que nunca se detiene y jamás retrocede. No soy el único ser en obtener como resultado el tiempo en signo negativo. ¿Error mío? Depende, porque pienso que el tiempo retrocede, no como una película, pero el hecho de recordar, guardar información y reutilizarla tantas veces se requiera con el paso del tiempo, es una sospecha de que puede hacerlo.
Para terminar. Tuve un sueño donde yo era un hombre blanco de ojos claros, vestido de soldado pilotando un avión de guerra y observaba todo una ciudad. ¿El universo sueña? ¿Puede construir un espacio basado en los restos de otros espacios que dejaron de existir e iniciarse un tiempo?
Definitivamente, la grandeza de la vida está en nuestras propias narices, Susan.
María Solórzano
Hab. de la Av. Fuerzas Armadas
mariamsolorzano@gmail.com
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