Cuando echamos un vistazo al pasado y nos enfocamos en el área educativa haciendo una comparación con el presente, nos damos cuenta del avance significativo que ha tenido Venezuela en materia de educación.
Unos claros ejemplos de esa afirmación es haber llevado la tecnología a las aulas de clase; la creación de nuevas escuelas adaptadas a las necesidades de los estudiantes; la revisión de algunos programas educativos y su mejora; la entrega de textos escolares, y muchas otras mejoras que se pueden mencionar y que han hecho de la educación venezolana una de las mejores del continente.
Sin embargo, hay que admitir que muchas cosas buenas se ven empañadas por una mala. Y eso hace pensar que la educación no le importa a muchos, entre los que incluyo a las autoridades educativas.
Desde junio del 2014 los niños y niñas de la Unidad Educativa Nacional José Gervasio Artigas, ubicada en la Av. El Cuartel de Catia, no reciben clases, ya que la escuela está en remodelación, y a esto se suman los estudiantes del la Misión Sucre que usan las mismas instalaciones en horas nocturnas y que han tenido que recibir clases en lugares no aptos e incómodos para el buen desarrollo de sus actividades.
Hay información en la zona de que la escuela está lista, pero no tienen mobiliario, faltan pupitres, mesas, sillas, entre otros. No sé si echarle la culpa a la directiva de la institución, a la contratista o la las autoridades del Ministerio de Educación, lo cierto es que este problema no le importa a nadie, porque no es posible que no exista al menos una persona con los pantalones bien puestos para solucionar esta situación.
Estoy seguro de que si el presidente Hugo Chávez estuviera vivo, muchas de estas irregularidades no estuvieran pasando.
Deulis Velásquez
Estudiante de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez
Hab. de Catia
Correo: cirilo.660@hotmail.com
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