Hace 20 años llegué al sur del Lago de Maracaibo (Zul) recién graduado solo con mi título de ingeniero, la ropa que traía puesta y muchas ganas de tener éxito, pero se da el caso que aunque me dieron la oportunidad de trabajar sin tener vehículo, muy pronto comprendí que era necesario tenerlo y mi supervisor así me lo hizo saber, situación que me incomodó pero que al mismo tiempo me obligó a buscar alternativas para solucionar el problema. El jefe me indicó que buscara algún dinero entre mis familiares y que a través de un banco me iba a ayudar a conseguir un crédito para completar y comprar el vehículo y así se hizo; de esa forma aprendí de inmediato dos cosas:
Nada es imposible cuando uno se propone salir adelante.
Que el crédito es la mejor forma de impulsar nuestro futuro.
Desde ese día y hasta hoy no he dejado de pedir financiamiento a los bancos, es decir, desde mi primer carro, mi casa, equipos y herramientas de trabajo, inversión en recreación, el estudio de mi hijo, la compra de insumos agrícolas para la producción de nuestra granja, en pocas palabras, el crédito me ha permitido obtener los bienes necesarios para abrir fuentes de empleo directas e indirectas, producir alimentos para el país y sobre todo dar a mi familia y a mí mismo una mejor calidad de vida. Mi recomendación es: vayan a los bancos públicos y/o privados, planteen sus ideas, pidan los requisitos para solicitar el crédito, hagan las solicitudes y hagamos de Venezuela un país de emprendedores; dejemos como huella a las generaciones por venir un legado de lucha, perseverancia, disciplina y trabajo.
PD: Si en el banco le niegan la solicitud, no desesperen, insistan una y otra vez hasta que lo consigan y después paguen oportunamente, así tendrán las puertas abiertas.
David C. Ramírez N.
Miembro del tercer Consejo de Lectores en Línea de Últimas Noticias
Hab. El Viga (Mér)
Correo: camilo_ramirezn@hotmail.com
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