Algunas veces, cuando estamos terminando un curso, taller, seminario o cualquier otra actividad que nos haya brindado información, conocimientos, aptitud, etc., nos llena de tristeza y a la vez de orgullo. Sí: tristeza por haber culminado horas de compartir con otras personas que enriquecieron nuestras vidas; orgullo por haber logrado una meta y obtenido nuevos conocimientos. Qué importante es darnos la oportunidad de prepararnos, educarnos, capacitarnos en algo que no sabíamos. Entender y comprender algo que nos costaba trabajo realizar, por desconocimiento de una herramienta, una
técnica, un trámite, etc., nos genera emociones positivas y nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos. No hay edad para aprender. Tampoco existen diferencias si eres hombre o mujer. El conocimiento no discrimina. Cuando ya estamos grandecitos, estudiar, prepararnos, no depende de lo que digan otros, al final del camino ya tenemos una cuenta que se llama experiencia; pero también debemos ir sumando nuevas herramientas para actualizarnos.
Pregúntate si alguna vez has querido hacer una comida deliciosa; cortarle el cabello a tu hijo y no has podido; hacer primeros auxilios y no lo has realizado por desconocer las técnicas necesarias; o tal vez has querido arreglar el carro y ni pendiente; o has querido arreglar asuntos de la casa como los relacionados con la plomería, electricidad, albañilería o carpintería. En mi caso, me inscribí en
el diplomado de Psicología Positiva y me dieron unas herramientas excelentes para lograr ese objetivo.
En conclusión, no te quedes con las dudas de cómo funciona algo o de cómo puede cambiarse algo. Existen infinidad de opciones para que te prepares, tengas mejores herramientas para enfrentar la vida y lo que está aconteciendo a nuestro alrededor.
MARÍA CAROLINA BORGES M.
Abogado/Veci na de La California Norte
mariaborg517@gmail.com
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