La imprudencia

El sábado 7 de marzo me encontraba de visita en el estado Aragua debido a la celebración del cumpleaños de un gran amigo. Al llegar al terminal de pasajeros de Maracay, procedente de Caracas, tomé una camioneta de transporte público perteneciente a la ruta Maracay-La Villa. Al abordar la unidad pude observar cómo el señor conductor manejaba a la vez que revisaba su teléfono celular. Presumo que estaba sosteniendo una conversación con otra persona a través de mensajes de texto; esto al constatar el modelo del celular y las repetidas veces que hacía uso de este. Dicha acción se prolongó a lo largo del recorrido que va desde la conocida Redoma del Avión hasta más o menos la parada del Centro Comercial Los Aviadores.

Ya es conocido por todos la gran responsabilidad que deben tener los choferes (y más quienes prestan un servicio público) en cuanto al manejo de sus unidades y la integridad física propia y de quienes las abordan. Además, existe una serie de leyes y ordenanzas municipales que hablan acerca de dicha responsabilidad civil en materia de transporte terrestre. Sin embargo, pude observar que dicho chofer, al igual que muchos; estoy segura, no cumplen con dicha responsabilidad civil, poniendo en peligro su propia vida y la de los pasajeros. Ya es bien sabida la cantidad de accidentes de tránsito ocasionados por el uso del teléfono celular mientras se maneja. Hago un llamado a las autoridades competentes para que desarrollen una campaña en cuanto a este tipo de conductas inapropiadas que pueden ocasionar un desenlace fatal.  

Aymara Villasmil 

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