En los actuales momentos, se hace más
necesario elaborar un presupuesto familiar para ordenar nuestras finanzas. Con
un presupuesto proyectamos ingresos (por ejemplo, el dinero que obtendremos a
través de nuestro empleo o emprendimiento) y egresos (por ejemplo, los gastos
implicados en cubrir necesidades familiares o en el pago de deudas contraídas).
Como todo en la vida, las finanzas personales requieren un determinado orden
para evitar desequilibrios que terminen en serios problemas económicos. Ahora
bien, para que nuestras finanzas no se diluyan como el agua, hay que tener en
cuenta los siguientes pasos:
La herramienta. El trabajo se inicia escogiendo un soporte donde se registrará todos los datos necesarios. Puede ser desde una libreta de apuntes o cuaderno hasta una página de Excel.
Registrar la información. Anotar todos nuestros gastos e ingresos en un mes.
Identificar los ingresos. Al registrar tus ingresos, debes distinguir entre tus ingresos fijos (sueldo, pensión de jubilación, dinero por otras rentas) y los ingresos
variables (horas extras, comisiones,
inversiones, trabajos independientes, entre otros). Esto te permitirá tener una
idea más acertada de cuánto dinero realmente logras percibir.
Identificar los gastos. La idea es que escribas tus gastos fijos (alquiler o hipoteca; servicios básicos; mensualidad escolar; seguros; transporte y gasolina; tarjetas de crédito), pero también los variables (alimentación; aseo y limpieza; útiles de estudio), y los extras (regalos, viajes, vacaciones, cines, salidas, entretenimiento). Si te apegas a esto, podrás realmente observar todos tus gastos.
Gestionar el presupuesto. Una vez que ya tengas en números tus ingresos y gastos, deberás hacer un balance. Si tus gastos superan tus ingresos, estás en rojo, en déficit, por lo que debes hacer un recorte en gastos variables o extras o aumentar los ingresos para equilibrar tus finanzas; sin embargo, si el balance indica lo contrario a esa primera situación, el dinero restante en ingresos puedes y debes destinarlo al ahorro (entre 5% y 10% de tu sueldo), que bien podrá servirte para futuras inversiones. En conclusión, lo importante de ordenar nuestras finanzas es lograr que los ingresos cubran nuestros gastos, incluido el ahorro.
Mirian De Lourdes Cuevas Sojo
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