Hace un tiempo atrás, el
famoso animador venezolano Renny Ottolina
dijo: “Creo firme y ciegamente que Venezuela nació para ser líder y decir cuál
es la senda, no para seguir otras”. Exclamó esto con un corazón desbordado de
amor por el país y añadió: “Reconozco también que, por cuestiones
circunstanciales, Venezuela se ha olvidado un poco de sí misma”. Esas palabras
siguen teniendo vigencia, pues hoy nos hemos olvidado de la grandeza de
Venezuela, de la riqueza de nuestro pasado histórico, de la importancia de
nuestro presente y de la esperanza de nuestro futuro.
Nuestro país no es lo que los
grandes medios del mundo difunden, un país derrotado en medio de una pobre
economía y una crisis política, eso es solo una circunstancia que en su momento
dejará de ser. Venezuela es sinónimo de libertad y de grandes proezas, de oportunidades
y de esperanzas, es sinónimo de Miranda, Sucre y Bolívar. Aprovecho para decir
que Simón Bolívar no deja de ser Simón Bolívar porque una u otra tendencia política
usen su imagen y sus pensamientos para establecer una idea, no hagamos su nombre
a un lado.
Es necesario recordar lo que somos como país y enamorarnos de Venezuela, sentirnos venezolanos de corazón y tener presente que somos capaces de lograr lo que sea que nos propongamos. La libertad de un continente es un gran ejemplo de ello. Por eso, yo también creo firme y ciegamente que nuestro país nació para ser líder y decir cuál es la senda, no para seguir otras.
Es necesario recordar lo que somos como país y enamorarnos de Venezuela, sentirnos venezolanos de corazón y tener presente que somos capaces de lograr lo que sea que nos propongamos. La libertad de un continente es un gran ejemplo de ello. Por eso, yo también creo firme y ciegamente que nuestro país nació para ser líder y decir cuál es la senda, no para seguir otras.
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