Por otra parte, escuchamos a los organismos encargados de regular el pasaje decir: "no circularán unidades en mal estado, las chatarras serán sacadas de circulación, se realizará un censo para sacar de circulación aquellas unidades que no cumplan las normas de seguridad, etc, etc, etc".
Y, por supuesto, los directivos y los dueños de las unidades juran que las repararán y cumplirán las leyes.
Pasa una semana de haberse aprobado el incremento del pasaje y vemos las mismas unidades con vidrios rotos, asientos con los espaldares partidos, tubos de escape libres dejando su rastro de humo y hollín por doquier circulando como si no hubiera autoridad que respetar.
Lo más triste es que a los usuarios no los toman en cuenta a la hora de definir el incremento del pasaje y en definitiva es el más perjudicado, ya que si no cancela no puede trasladarse a ningún lugar.
Pero sí debe aceptar viajar como sardina en lata, calarse el tormento de una música a todo volumen, la conversación del chofer y el colector (si es el caso) o la conversación con alguna pasajera (novia de turno) y con unas palabras no aptas para menores de edad y si se te ocurre reclamar recibes esta perla: "Esta v… es mía y si no te gusta te bajas".
Irina Arraiz
Comerciante
Hab. El Hatillo
polarico2011@gmail.com
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