Dónde está la policía

Después del desmantelamiento de la PM (Policía Metropolitana), todos los módulos policiales en los distintos sectores y parroquias de Caracas se quedaron vacíos y la población caraqueña quedó más que nunca a merced del hampa y la delincuencia.
Ahora bien, el Gobierno nacional -con el firme propósito de subsanar las desviaciones y corruptelas que se venían presentado por años dentro de la PM- procedió a crear una nueva policía, a la cual denominó Policía Nacional Bolivariana (PNB), que tendría su campo de acción no solo en Caracas, sino en todo el país.
Todo muy bien y se aplaude esa iniciativa del Estado venezolano por procurar seguridad personal y de los bienes de todos los caraqueños y venezolanos en general. Pero los caraqueños, al igual que el resto del país, nos preguntamos por qué los oficiales de la PNB no salen a realizar recorridos por las barriadas donde están los módulos policiales que ahora son de su propiedad y regentan.
Los fines de semana es cuando más se requiere la presencia de los efectivos policiales para que capturen a los expendedores ilegales de alcohol, los vendedores de droga y los fiesteros que, de viernes a domingo, se dedican a organizar fiestas interminables que no dejan dormir a toda una comunidad con equipos de sonidos a todo volumen.
El Ministerio de Interiores y Justicia los dotó de motos y vehículos para que patrullen y capturen a los delincuentes y vecinos de mal vivir.
En El Manicomio, parroquia La Pastora, específicamente en el sector Canaima, dormir y descansar los fines de semana es tarea imposible; mucha gente optó por irse a dormir a casa de otros familiares.
 Los ciudadanos se han quejado ante la PNB apostada en el módulo policial del Molino de Manicomio, y la misma no hace nada. ¿Debemos esperar que los vecinos pierdan los tímpanos o que un efectivo de ellos sea agredido para que se dignen a cumplir su deber, que es proteger y brindar seguridad a toda la comunidad? Señores de la PNB, patrullar no es llegar al sitio un domingo a las 9 am cuando el delito se consumó y los malhechores ya desaparecieron.


Miriam Cuevas
Internacionalista
Habitante de La Pastora
mairimc27@yahoo.com