Para los padres, la crianza de los hijos es una tarea difícil.
Sobre todo cuando se trata de enseñar conductas socialmente aceptadas y modificar aquellas socialmente rechazadas. En este sentido, es necesario que los padres aprendan a emplear estrategias de disciplina, principalmente en el caso de la educación de niños y adolescentes.
Durante esas etapas de la vida el sujeto necesita adquirir una gran cantidad de habilidades para su desarrollo operativo aunque ese camino esté lleno de errores.
Vamos a revisar planteamientos relacionados con algunos procedimientos para la adquisición y mantenimiento de conductas operativas (o socialmente aceptadas) dirigidas a niños y adolescentes.
En primer lugar, es importante que los padres tengan claro cuáles son las características de una familia operativa, pues esto ayudará a determinar el área problemática que se abordará.
En una familia operativa, según el doctor Fernando Bianco (1991):
-Sus integrantes se comunican con frecuencia.
-Cada integrante realiza tareas en el hogar (colaboración mutua).
-Se demuestran afecto y amor mediante caricias, besos y abrazos.
-Se reúnen periódicamente para comunicar logros, cambiar normas, discutir problemas y planear actividades.
-Se propicia la asertividad.
-Los hijos reconocen sus deberes y derechos.
La mayoría de las familias venezolanas emplean reforzadores negativos durante la crianza de sus hijos como mecanismo habitual para la adquisición de conductas en el hogar.
Es decir, los hijos aprenden conductas para evitar o escapar a regaños, palizas, entre otros castigos. Pero este no es el estilo óptimo para establecer conductas operativas.
Una de las técnicas que plantea Bianco en su libro Educación para padres, para la adquisición de conductas operativas, es el modelaje por aproximaciones sucesivas.
Esta estrategia permite establecer conductas que no existen en el repertorio del sujeto.
Miroslava Cariel
Docente
Hab. de Catia
miroslavacariel@gmail.com
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