No es un cuento de un tigre de los llanos, ni de la sabana, ni de un zoológico, ni es un excandidato presidencial, ni un tigre pa' matá, ni Tío Tigre, ni mucho menos la ciudad de El Tigre. Esto es un tigre llamado UCV que debe resolver sus problemas solo.
Ese tigre tiene otra raya. Sí, otra más; un capítulo más, como si se tratase de ese "cuento" que nadie quiere vivir pero sí escuchar desde lejos, detrás de la talanquera como dicen.
Esa raya es violenta, esa raya hace desangrar al tigre aun más. El 13 de junio de 2013 fue humillado, por individuos armados, no "de valor", sino de fuego, de hierro, de mesas, de sillas, de balas, de odio, de cólera, de ira, atacando a un considerable grupo de miembros de la comunidad universitaria. En ese sentido, querido lector, ya basta de impunidad. Hasta cuándo aguantaremos tantas violaciones, qué tanto sacrificaremos por esto, en qué momento advertiremos que ese tigre y todas las universidades son nuestras, la vida en un estado social, de derecho y de justicia no puede justificar la impunidad y la injusticia.
No más violentos, que satisfaciendo una necesidad fisiológica, de seguridad, social, de estima, de autorrealización, vengan a mutilarnos nuestras acciones, sueños y derechos. Ya basta.
La nota se encuentra en TuVoz: http://ultim.as/108uNvD
Víctor Ramírez
Estudiante
Hab. 23 de Enero
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