Ejemplo a seguir

       Escribe una paciente de mal de Parkinson avanzado desde El Jardín de Atrás.
       Todo comenzó cuando una vez muerta mi madre hace seis años, un 7 de diciembre, inicié con un viaje acompañado de mi padre a varios destinos: Valencia, Morón, Boca de Yaracuy y finalmente a casa de mi tía en Cúa, estado Miranda.
       Tenía mi tía una finca con agricultura y cría de animales del campo y así empezó ella a enseñarme cómo era la vida ahí y me mostró unos libros de agricultura. En mi estadía en Valencia con mi padre se desarrolló la idea de aprender el arte (manualidades y pintura) y así empecé a hacerlos sin profesor y con mis propios instintos. Con estas ambiciones llegué a producir cuatro óleos que hoy permanecen en la casa de mi padre, sitio donde me había inspirado por la belleza de las plantas que habían sido sembradas por mi familia.
       A mis 30 años gozaba de buena salud que me permitió ser una profesional de turismo, obteniendo el título de Técnico Superior Universitario en el Isaac Newton, de Los Teques. Trabajé po tres años en una empresa de turismo y luego pasé a laborar en una compañía de salud donde comenzó la enfermedad que padezco.
       Gran parte de mi vida vivo soñando con poder ayudar con mi puntura o con mi labor de salud a todas las personas que hoy en día padecen de este mismo mal para lo cual agradezco al diario del pueblo, Últimas Noticias, por la divulgación de mis deseos y apoyo y así prestar la mayor ayuda al pueblo venezolano.
       Doy gracias a Dios por estar residenciada en el Hogar Villa Carmela, ubicada en la calle San Gabriel, La Florida (DC), donde estoy aplicando los conocimientos que Dios me ha dado en mi trayectoria de vida y con la ayuda de la señora Edicta Piñero y el buen trato de todos mis compañeros, pacientes y del personal de enfermeros. Todos maravillosamente dirigidos por el Lic. Domingo Calatayud. Son un ejemplo a seguir.

Irene Piña Rodríguez
Paciente del mal de Parkinson
Habitante de La Florida