¿Ir de compras o a una expedición?

         Los venezolanos nunca pensamos que salir a realizar cualquier tipo de compras se convertiría en una expedición al Amazonas, a ver si encontramos lo que buscamos para satisfacer nuestras necesidades en cuanto a alimento, calzado, vestido, artículos de aseo personal o cualquier otra cosa que vaya surgiendo en la vida normal de un ser humano.
         En días recientes, salí con el propósito de comprar algunos artículos de higiene personal. Me llevé una ingrata experiencia, recorrí cinco establecimientos y solo logré comprar dos jabones de baño y un frasco de crema humectante. No pude llevar ni champú, ni afeitadoras desechables, ni toallas sanitarias, ni desodorante y mucho menos colonia. ¿Hasta cuándo el venezolano de a pie va estar sometido a ese vejamen?
          Ir de compras se ha vuelto una pesadilla al no encontrar nada de lo que se busca. Entre las interminables colas para entrar, cancelar y salir de los establecimientos comerciales, el ciudadano ve colmada su paciencia, pues pierde horas de su vida allí, tiempo que podría destinarlo a realizar otras actividades de su vida diaria.
          Da coraje, por no decir la palabra que realmente corresponde, leer y escuchar declaraciones de las autoridades gubernamentales pintando un país maravilloso, que dista mucho del real, el cual –si hay algo que lo caracteriza– está azotado por la inseguridad personal, el desempleo, el burocratismo gubernamental, el alto costo de la vida, el caos del sistema de salud pública, entre otros.
          El drama de los venezolanos no se suscribe solamente al área alimenticia por la escasez que prevalece hoy. No se puede obviar el grave problema de la falta de medicinas, equipos médicos y de materiales clínicos quirúrgicos, los cuales ponen en peligro a muchos venezolanos que dependen del consumo de medicamentos y tratamientos específicos para curar sus dolencias o para salvar sus vidas. Una como habitante de este país, que se supone “rico”, no se explica cómo la situación económica es tan precaria. Por favor, señores del Gobierno, solucionen o entreguen el testigo a gente competente que sí sepa administrar un país.

Miriam Cuevas Sojo
Habitante de La Pastora
mairimc27@yahoo.com