Aun cuando han transcurrido 65 años de aquel 11 de noviembre de 1949, cuando la gran actriz argentina fundara el Estudio Dramático en las instalaciones de Bolívar Films, el sello de esta personalidad del teatro, el cine, la televisión y la radio se encuentra presente, con lo cual se ha fortalecido la obra que dejara para la posteridad.
Seguramente, y en esto no cabe dudas, todo se debe a los que han sucedido a la fundadora, como es el ejemplo don Pedro Berroeta, quien apenas estuvo en el cargo dos meses, para luego continuar el periodista Porfirio Rodríguez, quien fuera alumno y asistente de la Sujo.
Tras su desaparición física asumí el cargo, después de haber pasado por sus aulas. No soy un improvisado, pues además de estudiar con Juana Sujo también lo hice con el maestro Horacio Peterson, por lo que heredé de ellos la disciplina, la ética profesional y todo ese bagaje que toda autoridad en las artes escénicas debe tener.
Durante mi administración hemos pasado momentos críticos. Sin embargo, este capitán ha conducido con ejemplar horizonte el primer centro dramático que se conoce en el país.
Como se recordará la actriz Juana Sujo llegó al país procedente de Buenos Aires un 28 de abril de 1949 con el solo propósito de participar en La balandra Isabel llegó esta tarde y El demonio es un ángel.
A partir de entonces se convirtió en la madre adoptiva del teatro venezolano hasta su muerte. Su última aparición en la escena fue en la obra de Isaac Chocrón El Quinto Infierno, donde le correspondió encarnar a una periodista.
El legado de la actriz, maestra, directora y promotora cultural fue inmenso.
Andrés Martínez
juana_sujo@hotmail.com
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