lunes, 10 de noviembre de 2014

¡Qué buena foto, Jacobo!

Como lector de periódicos llevo muchos años y de Últimas Noticias la mayoría de mis 66 años. Valga decir que desde cuando costaba un mediecito, o sea, 0,25 céntimos de los de antes, leo el diario.

Cantidades de páginas han desfilado por mis ojos, representadas en letras y gráficos, que mi memoria se hace estrecha para recordar tantos reporteros y fotógrafos conocidos en este placentero gusto como lector de diarios.

Un buen reportaje, una crónica, un artículo de opinión que pasen por nuestros ojos nos dirá del buen trabajo ejecutado por el periodista en este caso. En cuanto a la imagen exhibida en un buen trabajo fotográfico, sería oportuno recordar el lugar común: “la gráfica habla por sí sola”; en el caso de los fotoperiodistas que trabajan en los distintos periódicos del país, muchos de ellos destacados en su profesión. Uno de estos se fue hace poco a otro plano, dejando repentinamente su cámara para irse a la eternidad que es adonde van los que dejan un buen legado aquí abajo en la tierra.

Me refiero a Jacobo Lugo, muy querido por sus compañeros de trabajo en ÚN y admirado por los usuarios, quienes nos dimos el gusto de recrearnos con su trabajo de muchos años. Una de sus gráficas que llamó mucho mi atención la rescaté del portal de este diario en la sección La propia foto.

Se trata de la imagen tomada con su Nikon en el hipódromo La Rinconada, donde se observa la excelencia de un plano en el cual un caballo, después de chocar con la baranda en plena carrera, va por el aire en forma horizontal a cierta altura, con su jinete también despedido al espacio.

Trabajo y pasión hípica, fusionados ese día de traqueos, dejaron tan impresionante testimonio. Mi compadre Henry, al ver dicha imagen, fue quien lanzó la exclamación de asombro que dio título a este breve relato.


Pedro Delgado

mateomartan59@gmail.com

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