De unos años para acá, y con justa razón, a las personas de la tercera edad se les ha reivindicado su situación legal, no solamente se les adjudicó una pensión monetaria que les ayuda a solventar algunas carencias.
Carencias que por vivir solas, aisladas, lejos de la familia, en albergues, en centros de ayuda al anciano, con algún familiar y otros similares estaban padeciendo.
También se les “devolvió” su status de persona que contribuyó con su trabajo en su tiempo a la economía del país, que dio hijos a la patria y mucho más.
Sin embargo, algunos de ellos creen que por ser ancianos o de la “juventud prolongada”, como otros les califican, que por cierto me parece un término aberrante, despectivo y grotesco.., tienen “a Dios agarrado por la chiva” y pueden cometer desmanes, ser desconsiderados y hasta mal educados.
Digo esto porque la conducta de algunos de ellos pone de manifiesto que son groseros, una conducta chocante, nada digna a la edad que tienen.
Como ejemplo, si hay una larga cola de espera, entran a empujones y “a la machimberra” se colocan delante de todos; si alguien sin darse cuenta de que hay un anciano de pie se sienta en una silla vacía, este le agrede verbalmente, si necesita que le atiendan en una farmacia o negocio en particular da gritos y hasta palmetea el mostrador para que le atiendan primero.
Y para colmo... cómo diatriban y hablan mal de todo... de su país. Lo sé, no estamos boyantes, pero se hizo y hace un esfuerzo en mantener una política que proteja y ayude al anciano, entonces, ¿por qué ser desagradecidos, por qué ese mal humor imperante, por qué atropellan a los demás?
También ocurre lo contrario, y hay personas que abusan de ellos, un ejemplo es que los envían al banco con una cantidad de diligencias ya que por ser mayores los van a atender primero.
Edilia C. de Borges
Hab. de Los Palos Grandes
Persona de la 3ª edad
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