jueves, 3 de mayo de 2012
¿Alguien sabrá qué es la convivencia?
En los últimos tiempos el país se ha convertido en una tierra sin ley donde todo el mundo hace lo que la da la gana o interpreta la norma como mejor le parece. Resulta insólito en una nación en la que hay ordenanzas y leyes de todo tipo, que regulan las distintas actividades de la vida cotidiana, las cuales involucran a los habitantes de una comunidad; nadie se toma la molestia de cumplirlas; más bien las violan hasta más no poder. Pero cuando un infractor de esos que pululan por ahí cambia de rol y pasa a ser el afectado, ahí el asunto cambia porque es el primero en exigir que se aplique la ley.
A veces me pregunto si el grupito de venezolanos de mal vivir, que se ha dedicado a hacerle la vida triste a los demás sabrán que hay una Ordenanza de Convivencia Ciudadana y sanción de infracciones menores aprobadas por el Cabildo Metropolitano de Caracas, que tiene como finalidad consolidar las bases de la convivencia ciudadana en el Distrito Metropolitano y la preservación de la seguridad, el orden público, el ambiente y el ornato de la ciudad, así como del buen estado de los bienes públicos y la libre circulación del tránsito y la utilización pacífica y armónica de las vías y espacios públicos del Distrito Metropolitano de Caracas.
Por lo que una observa cada vez que circula por las calles y avenidas de nuestra ciudad capital y del resto del país es que nadie, creo, está al tanto de dicha norma porque las autoridades no se han tomado la molestia de divulgarlas y mucho menos hacerlas cumplir. Si aquí nuestras autoridades municipales, estadales y nacionales se encargaran de castigar y sancionar a esos inescrupulosos, las autoridades municipales nadarían en recursos recaudados por el sinfín de multas que cobrarían, teniendo en cuenta la fascinación de muchos ciudadanos que gozan incumpliendo las leyes.
No cabe duda que esa Caracas más vivible y organizada no es tarea imposible, pero mientras las autoridades no se tomen en serio la divulgación y la aplicación de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, seguiremos teniendo una ciudad anárquica, contaminada y sucia, en la que cada quien hace lo que quiere.
Miriam Cuevas
Internacionalista
Habitante de La Pastora
mairimc27@yahoo.com
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