jueves, 28 de junio de 2012

En UNa de valores: el mundo de los valores

Los valores humanos son los que le dan sentido a la vida. "Reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión de la moral, lo cultural, afectivo y social marcado por la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en que nos ha tocado vivir" (Bernabé Tierno).
El respeto por ellos nos llena de obediencia, humildad y docilidad. Sirven de guía a la humanidad en sus aspiraciones de paz y fraternidad. Uno de los valores que tiene que estar presente en el corazón de cada ciudadano es la tolerancia.
Es uno de los más respetados y guarda relación con la aceptación de aquellas personas, situaciones o cosas que se alejan de lo que cada persona posee o considera dentro de sus creencias.
En 1996, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró al 16 de noviembre como Día Internacional para la Tolerancia. Su propósito es la coexistencia pacífica.
 Ser tolerante consiste en una actitud positiva de colaboración. Su importancia radica en la posibilidad que nos otorga convivir en un mismo espacio con personas de diferentes culturas o con diferentes creencias. Está en estrecha relación con el respeto y nos permite ser capaces de aceptar las diferentes opiniones y respetar las diferencias étnicas, sociales, culturales y religiosas, entre otras. La tolerancia requiere distinción entre lo bueno y lo malo, entre las verdades y los defectos, y hay que aplicarlas en la práctica.
Su buen uso evita las peleas y facilita la convivencia entre los seres humanos. La paz del mundo es gracias a las personas que son tolerantes. En la familia, muchas veces hay que tolerar errores y fallos de los hijos y corregirlos. Cuando se tienen hermanos menores, hay que saber comprenderlos. Como adultos debemos buscar el bien de los más pequeños, quienes necesitan la fortaleza y la dulzura del lenguaje para que entiendan la importancia de los buenos principios.
En el ámbito deportivo se tolera cierto lenguaje de aficionados y jugadores contra el árbitro cuando no se comparte una decisión. Pero lo que no se acepta y está penado por la ley son las agresiones físicas en contra de la autoridad en el terreno de juego.
Wilman Palencia
picure2@hotmail.com

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